A principios de los años 90, la evolución técnica de los lubricantes se encaminó hacia el concepto "Energy Conserving”. El objetivo era incrementar el rendimiento mecánico y de paso, reducir el consumo de combustible mediante el uso de aditivos antifricción.
Aquel aceite, que en los motores de coche iba perfecto, empezó a generar serios problemas en las motos, concretamente en los motores diseñados para usar un único lubricante para el motor y la transmisión (embrague y caja de cambios). El uso de aquellos aditivos acabó afectando a la práctica totalidad de los motores japoneses. Los embragues empezaron a patinar casi de forma imperceptible.
En la mayoría de las ocasiones ni los moteros nos dábamos cuenta pero, la avalancha de discos de embrague quemados prematuramente y el desgastes acelerado de los engranajes de cambio, hicieron saltar todas las alarmas en las fabricas de motocicletas, que no tardaron demasiado en encontrar la causa de los extraños desgastes. A petición de los constructores japoneses, en 1994 la asociación de ingenieros de automoción japonesa (JASE), en colaboración con la Petroleum Association of Japan y otras instituciones académicas e industriales, se pusieron a trabajar con el fin de crear un estándar de calidad apto para este tipo de motores.
Cuatro años más tarde, apareció el índice de calidad JASO (métodos de control T903 y T904). A partir de entonces, las latas con la etiqueta JASO MA o MA2, nos garantizan que el lubricante no causará ningún tipo de problema a nuestros embragues bañados en aceite.
Los aceites que no superan el test se clasifican con la etiqueta JASO MB. Esta categoría de aceites estan diseñados y fabricados para scooters motorizados con caja de cambios automática tipo CVT y embrague en seco.
Recientemente la especificación JASO MA se ha sustituido por la MA2. Esta última, es todavía más estricta en lo que a prestaciones con el embrague se refiere.